Konvergencias, Filosofía y Culturas en Diálogo. ISSN 1669-9092 |
Número
13 Año IV Septiembre 2006 |
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Edición 4to. Aniversario |
LA MEMORIA EN EL PENSAR POETIZANTE
DE HEIDEGGER Arturo García
Astrada (Argentina)
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El siguiente texto fue leído en ocasión del Homenaje a Heidegger
realizado por la Universidad Católica Argentina, Buenos Aires, Junio 2006. Heidegger es, realmente un pensador insoslayable para pensar
el peligroso momento que vive el universo todo. A él se le hace evidente y da
testimonio, de cómo en nuestra época y a nivel universal, se hace cada vez
más efímero, insustancial y caduco todo ámbito puramente entitativo. Ello es debido, según él, a que en la era actual se ha
producido un radical viraje del Ser; el Ser, dice, está torsionado, verwunden
wird ("Die Uberwindung der Metaphysik" en Vortrage und
Aufsatze, Klostermann am Main, 1954, pág. 71). Y ¿qué quiere decir que el Ser está torsionado? Sin
comprometer a Heidegger con mi interpretación, quizá esta expresión puede
relacionarse con lo que dice la astrología, cuando basándose en la precesión
de los equinoccios fonnulada por Hiparco de Micea (190.120 a.C.) afirma que
estamos en el fin de una era y entrando en otra. Precesión de los equinoccios según la
astronomía es el corrimiento de éstos sobre la eclíptica, así como la
variación de la oblicuidad de la misma con respecto al ecuador celeste.
Pareciera que este corrimiento se produce, aproximadamente, cada 2.000 años.
Ahora estaríamos pasando de la era de Piscis a la de Acuario. A través de los textos que vamos a leer tendremos
oportunidad de advertir que no sólo escucharemos el pensamiento de Heidegger
sino que, por su intermedio, tendremos acceso a la historia misma del pensar.
Heidegger nos dice que lo verdadero y permanente de los pensadores es
"llevar a la palabra aquello que desde el principio ya resuena"
(Der Satz vom Grund, Pfullingen, Glinther, Neske, 1958, p.46). Y ¿qué es lo que resuena en sus
oídos? Resuena el arkhé, que traducimos por principio u origen. Pero
el arkhé no es algo que haya acontecido in illo tempore y ya no
tenga vigencia alguna. Escuchemos a Heidegger: "El arkhé no es el
comienzo que luego se abandona a lo largo del proceso... el arkhé sigue
rigiendo sobre lo que está entre el provenir y el desaparecer El arkhé
impera y rige de antemano en todas direcciones (Cfr. García Astrada, Heidegger.
Un pensador insoslayable, Ediciones del Copista, Córdoba, 1998). A estas palabras
las podemos sintetizar con una expresión a la cual él recurría con cierta
frecuencia: "el origen permanece siempre futuro, Herkunft bleibt
stets Zukunft". Ahora, en este momento que le
rendimos un homenaje con motivo de los 30 años de su muerte, hagamos un
esfuerzo para escuchar cómo esa resonancia que sonó en sus oídos se fue
diversificando y desarrollando en su pensamiento. En la tarea seamos
cautelosos ya que compartimos con él la idea de que "el hacerse
comprensible es el suicidio de la filosofia". El tema de nuestra ponencia es
"la memoria en el pensar poetizante de Heidegger" y es lícito
preguntarse por qué a la palabra pensar hemos agregado otra, el adjetivo
poetizante. El motivo es el siguiente: Heidegger sospecha que para
corresponder adecuadamente con el lenguaje a aquella torsión acontecida en el
Ser debemos prestar especial atención a la esencial copertenencia entre
pensar y poetizar. Ya no se trata de interrogar al ente por su ser, sino al
mismo Ser en su verdad. El pensar debe dar un salto que lo aleje de lo ya
pensado, para prestar atención a lo que hay que pensar, tras la torsión.
Después del salto se cae en lo mismo - en el Ser - pero de otro modo y en
otro lugar de lo mismo y, por tanto; debe ser experimentado de otra manera. El
pensar debe prestar atención a la nueva localización, porque pensar es pensar
desde un lugar - topos -. El pensar requiere la topología del Ser. En sus
disquisiciones sobre la poesía de Höderlin pueden leerse estas palabras de
Heidegger: "Es preciso arriesgarse a un intento de transformar nuestro
modo de pensar en una experiencia de pensamiento, desacostumbrada por lo
sencilla. Pero el dominio en que se desarrolle esta transformación es el de
un decir poético a partir de una poetización, que nunca podremos captar
siguiendo el hilo conductor de las categorías estéticas literarias”. Es
evidente por las palabras citadas que Heidegger cree que en la actual
coyuntura en que el Ser está torsionado, sólo puede corresponder a él el
pensar poetizante. (Aus der Erfarung der Denkens, edición
bilingüe, traducción, introducción y notas de Arturo García Astrada, Ediciones del
Copista, Córdoba, 2001). La de Heidegger es una invitación a dar un paso atrás - Schritc
zurück - desde una
filosofía cada vez más encerrada en lo entitativo y conceptual hacia un pensar
poetizante. Este pensar poetizante se muestra como una topología del Ser, es
decir que ilumina el lugar donde debe buscarse su esencia. Entremos ahora - y los
desarrollemos, lo más brevemente posible, en los grandes temas
heideggerianos, los cuales muestran una perfecta circularidad. Contrariamente
a lo que sucede en la ciencia, para la cual la tautología es un escándalo, el
pensar es siempre tautológico: piensa y dice siempre lo mismo de lo Mismo.
Ésta es la única forma de poder hablar de ellos. Lo mismo, no es lo igual. Lo
igual sólo tiene vigencia en el ámbito entitativo: esta mesa es igual a
aquélla, esta silla es igual a esta otra. Los grandes temas que ahora trataremos son: el Ser, el
pensar, la memoria y el acontecimiento co-apropiador, Das Ereignis. Y
lo haremos leyendo los textos respectivos. El primer texto es un aforismo de
Parménides que suele figurar como el fragmento V y dice: "porque pensar y ser es lo
mismo". Entre los múltiples comentarios que Heidegger dedica a este
aforismo, podemos citar los siguientes. "Pensar, es un pensar solamente
en tanto y en cuanto queda orientado y dependiente del Ser. De ningún modo es un
pensar por el hecho de que transcurre como una actividad inmaterial que
transcurre como del alma y del
espíritu. Al pensar le corresponde, en cuanto pensar, estar junto al Ser y
como talle pertenece al Ser mismo". El otro comentario está en Carta
sobre el Humanismo, donde leemos: "El pensar, dicho sin rodeos, es
el pensar del Ser. El genitivo dice dos cosas; el pensar es del Ser en la
medida que el pensar acontece - ereignet - por el Ser y pertenece al Ser (Über
den Humanismus, Klostermann, Frankfurt am Main, pág. 46). Por estos comentarios confirmamos
que el pensar no recae sobre algo limitado, sobre algo objetivo, sobre un
ente. El pensar es como viento que en nada se detiene, es una fuga, es una
búsqueda.) Desde Aristóteles se dice que la filosofía es la ciencia que se
busca. No debemos esperar, pues, que el pensar nos conduzca a un saber como
sucede en la ciencias. Y del Ser, ¿qué podemos decir? Creo
que lo primero es que lo contemplems con veneración y en el mayor silencio.
Sin embargo, si las palabras ahora nos requieren, digamos algunas cosas y mejor si son pocas. Digamos, entonces, que el
Ser, dador del ente no se identifica con éste y
es, por ello no-ente; es la Nada respecto a todo ente. Ser y Nada son las dos caras de lo mismo. La Nada - Nicht
-, dice Heidegger,
no es el indeterminado enfrente al ente, sino que se descubre como
perteneciente al Ser del ente”. (Was ist
Metaphysik?, Klostermann, Frankfurt am Main, pág. 28). Al expresarse
de este modo Heidegger se hace miembro de un ilustre grupo de grandes
pensadores: casi todos en Oriente, algunos presocráticos, Scoto Erígena,
Hegel y los místicos de todos los tiempos.
El místico cuando busca a Dios va diciendo: no esto, no esto; neti, neti, según
el hinduísmo. Respecto a todo ente Dios es como una Nada. Digamos, también, que el Ser no debe
ser confundido con lo actualmente presente; a él pertenece no solamente el
presente, sino también, lo que todavía no es, o sea el futuro y lo que ya no
es, o sea el pasado. El Ser es presencia - Anwesen - y no es lícito,
en éste ámbito de presencia privilegiar uno de sus momentos - el presente - y
decir que sólo él se identifica con el Ser. Sucede, como ya vimos, que Ser y
Nada son lo mismo y, por ello, el Ser no sólo es dador del ente y en él se
detenga su actividad, sino que también es anonadador. En el Seminario de
Le Thor apela Heidegger a los verbos alemanes nichten, que
significa anonadar, y vemeinen que sólo significa negar. El Nicht de
nichten quiere decir vacío total - nihil nagativum-; el ente,
sencillamente, es anonadado; no hay ente. Si utilizásemos vemeinen sólo
estaríamos frente a una negación y la negación sería el origen de la Nada,
cosa no aceptada por Heidegger. Creo interesante recordar ahora que, este
carácter anonadador del Ser, en el hinduismo ha sido incorporado a lo divino.
Shiva, el tercer miembro de la divina trinidad hindú integrada por Brahma,
Vishnu y Shiva -es el Dios, o el aspecto del Dios, que personifica
el poder destructor y anodadante del mundo. ¿Y qué sucede con lo anonadado? Para
una mirada finita pertenece al pasado; pero esto que es pasado para nosotros
sigue perteneciendo a la esencia del Ser como presencia. "Las heridas
del Espíritu, dice Hegel, no dejan cicatrices". A esta forma de
continuar perteneciendo al Ser lo que para nosotros es pasado, Heidegger lo
denomina lo sido, -das Gewesen- (Unterwegs zur Sprache, Neske,
Pfullingen, 1963, pág. 154-155). Lo pasado - das Vergangene -
es distinto de lo sido - das Gewesen; a éste debemos pensarlo como
"la reunión de lo que perdura" y, por tanto, es donde mora la
esencia -Wesen- del tiempo y del Ser. Hegel dice al respecto: "El
idioma alemán ha conservado en el tiempo pasado del verbo ser (sein) a
la esencia -Wesen- pues la esencia es pasado, aunque un ser pasado
intemporal (Wissenschaft der Logik, en Stimtliche Werke, IV
Band, Stuttgart, 1958, pág. 481). También Aristóteles coloca un pasado
intemporal a la esencia del Ser y del tiempo: to ti en einai, que los latinos tradujeron quod qui erat esse, aquello que era Ser. Pareciera que éste es el momento de
hacemos cargo del tema de nuestra ponencia: la memoria en el pensar
poetizante de Heidegger. ¿Y qué es, para él la memoria? Respondamos la pregunta con lo que
él dice casi al principio de ¿Qué significa Pensar?: "Es evidente
que esta palabra designa algo distinto de la sola facultad registrada por la
psicología, de conservar en la imaginación cosas pasadas. La memoria piensa
en lo pensado... Memoria es la reunión del pensar sobre lo que en todas
partes debe pensarse desde el principio (Was heisst Denken?, Max
Niemeyer Verlag Tiibingen 1961, pág.7). Y más adelante, en la misma obra
agrega: "El recuerdo no pertenece solamente a la facultad de pensar,
dentro del cual tiene lugar, sino que todo pensar y toda aparición de lo que hay
que pensar hallan un campo
abierto donde llegan y se juntan y solamente allí donde llega la custodia de
lo gravísimo. El hombre habita esta custodia de lo que hay que pensar, no la
engendra. Sólo la custodia puede preservar lo que hay que pensar. ¿De qué
preserva la custodia? Del olvido? (Si Uds. me permiten un paréntesis
recordemos que Bergson dice que no es la memoria, sino el olvido lo que
necesita explicación y Platón afirma que para olvidar es necesario beber las
aguas del Leteo). Para Heidegger la Metafísica nace
cayendo ya en un olvido. La Metafísica pregunta por el fundamento del ente y responde que este fundamento es el Ser; es
decir funda el ente en el Ser. Pero después de haberle predicado esta
función, la Metafísica olvida el Ser y sólo trata del ente. Y aquí comienza a
crecer el peligro y crece hasta llegar un momento en que el olvido también
cae en el olvido. Es el momento más peligroso. Pero este momento puede ser
exorcizado cuando el peligro se muestra como peligro y se lo vive como tal. Es entonces cuando
surge la posibilidad de un viraje, de una vuelta -die Kehre-. Pero a
esta vuelta no debe considerársela como dada en un espacio y, por tanto, en
sentido lineal. Die Kehre es un volver en sí, es adentrarse el Ser en
su mismidad, es un entrar en su verdad. "Tal vez estamos ya en la sombra
que proyecta la llegada de esta Kehre. Nadie sabe cuándo y cómo ella
destinalnente acontece", dice Heidegger. Pero, agrega, no hace falta
este saber que aún podría ser nocivo para el hombre, porque la esencia de
éste, es la esfera del Ser. Mientras se mantiene en esa espera su pensamiento
lo custodia. (Cfr. Die Kehre, Edición bilingüe, trad. y notas de
Cristina Ponce Ruiz, Alción Editora, Córdoba, 1991). Por las palabras
dedicadas por Heidegger a la memoria nos vemos enfrentados a una nueva
tautología, a un nuevo decir lo mismo de lo Mismo. La memoria piensa en lo
pensado. Memoria es la reunión del pensar sobre lo que en todas partes debe
pensarse desde el principio. En definitiva, la memoria es lo mismo que el
pensar; pensar es pensar en, an Denken y Andenken
es recordar. En la Experiencia del pensar, dice: "Desde
detrás nuestro proviene a nuestro pensar lo más antiguo de lo antiguo y, sin
embargo, nos llega y corresponde. Por eso se detiene el pensar en el advenir
de lo sido y es recuerdo". Llevamos visto, pues, que pensar y
Ser son lo mismo y pensar y memoria también son lo mismo. Para este orden de
mismidades, que no es el resultado de nada, vamos a citar un texto
heideggeriano, aunque me parezca un poco ambiguo: "Pero el Ser no es
ningún resultado. Por lo contrario el pensar es la Ereignis del
Ser". Para terminar vamos a detenemos muy
brevemente en la palabra Ereignis. Si apelamos a un diccionario
alemán-español, la palabra Ereignis significa suceso, acontecimiento,
evento; y la palabra eignen, ser propio de, pertenecer a; y la ereignen,
acontecer, suceder. Pero para Heidegger la palabra Ereignis significa
algo más. Sucede con frecuencia que cuando un pensador o un poeta
quieren decir algo, especialmente cuando ese algo es muy íntimo, no lo hacen
directamente, sino que recurren a una estrategia, la metáfora, por ejemplo,
en los poetas. La estrategia de Heidegger es recurrir a las etimologías, a
veces, unas extrañas etimologías y va a la búsqueda de combinaciones
etimológicas que dan un nuevo sentido a la palaba; en este caso a Ereignis.
Heidegger deriva esta palaba de Er-augnen que
significaría: "asir con los ojos", "abarcar con la mirada,
llamar con la mirada, apropiar con la mirada". Ereignis, entonces, tiene un nuevo alcance. La mirada con el
sentido de apropiar pertenece a das Ereignis y es omniabarcante.
"Los hombres son los vistos en la mirada... somos alcanzados como los
vistos en la mirada esencial del Ser". ( Cfr. Lanza Castelli, Graciela, Comprensión
de la noción heideggeriana del 'Fundamento', Tesis Doctoral inédita). Los hombres son los miradas, son los apropiados por la
omniabarcante mirada. Sabemos que para Heidegger el Ser necesita del hombre,
"¿Quién es el hombre?”, se pregunta y responde: "Aquél que es
empleado por el Ser -Seyn- para soportar el esenciarse de la verdad
del Ser -Seyn"- ( Beitriige zur Phylosophie, trad. cast.
de Dina V. Picotti C., Biblioteca Internacioal Martín Heidegger, Buenos
Aires, 2003, pág. 258). Pero, ¿y al hombre qué le pasa, en este fin o
comienzo de era que estamos viviendo? Anda como desorientado, como perdido,
como insatisfecho y, a su vez, como buscándose. "Humano, demasiado
humano", se queja Nietzsche; "sucede que me canso de ser hombre, navegando
en un agua de origen y ceniza";
poetiza Neruda. El Übermensch nietzscheano,
que generalmente ha sido mal traducido por Superhombre, sencillamente dice
más allá del hombre. "El hombre, dice Nietzsche, es una cuerda tendida entre la
bestia y el Übermensch, una
cuerda sobre el abismo; peligrosa travesía, peligroso caminar, peligroso
mirar atrás, peligroso temblar y detenerse. Lo grande en el hombre es que es
un puente y no una meta; lo que se puede amar en el hombre es que él es
tránsito y perdición... Yo amo, sigue diciendo Nietzsche, a los que no saben
vivir sino como extinguiéndose, porque esos son los que pasan al otro lado
(Nietzsche, Also sprach Zarathustra, Insel Verlag, 1966. pág. 16). Pero ¿qué sucede cuando el hombre, cansado de ser
hombre, "renuncia a la obstinación humana", se sale de su surco y,
por tanto, delira-.. surco, en latín, se dice lira- y se proyecta
hacia la mirada omniabarcante y corresponde al requerimiento de esa mirada?
"Correspondiendo así, es el hombre a-propiado... y mira de frente a lo
divino!” ( Die Kehre, edic. cit. pág. 35). Y, cuando el hombre corresponde a la mirada
omniabarcante, ¿qué pasa con el ser ahí -Dasein- , con el - ser - en -
el mundo? Para orientarme a mí mismo en la búsqueda de una solución posible,
recordemos que en Ser y Tiempo, Heidegger dice que el hombre es un ser-para-la
muerte. Sobre este tema pienso seguir trabajando y recurriendo a la
memoria. Quisiera terminar con unos versos de Goethe: "El que no sabe llevar su contabilidad por espacio de tres mil años, se queda como ignorante en la oscuridad y sólo vive al día". |
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