Konvergencias, Filosofía y Culturas en Diálogo. ISSN 1669-9092 |
Número
13 Año IV Septiembre 2006 |
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EL PROBLEMA DE LA NADA EN LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
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Cabe
apreciar que en la "Tabla de la división
del concepto de nada". Kant deriva los cuatro conceptos componentes de
la nada a partir de los cuatro títulos de la tabla de las categorías,
separadamente. Tal procedimiento no es una división lógica que, para serlo,
debe ser realizada partiendo de un concepto superior que se divide
lógicamente, sino que es una generalización que intenta conformar un concepto
superior de nada sobre la base de reunir conceptos parciales. Es decir, no es
posible aseverar que la nada superior presentada por Kant corresponda al
no-ser absoluto, sino tan sólo a una nada instrumental al conocimiento
crítico. Lo que intentaremos demostrar. División lógica y clasificación
lógica •
"La división lógica [6] es la operación (de la lógica formal) por la
cual un todo es separado (conceptualmente) en clases excluyentes y
complementarias, sobre la base de la presencia/ausencia de un atributo en los
elementos del todo o de la separación de los grados de intensidad de una
cualidad en rangos con límites definidos de modo no ambiguo. La
unión (conjuntista) de las partes resultantes de la división lógica da el
todo. La intersección (conjuntista) de dos partes cualesquiera es vacía. •
"La clasificación lógica [6] es la operación (de la lógica formal) por
la cual los elementos componentes de un universo son agrupados en clases
excluyente s y complementarias sobre la base de la posesión/carencia de un
atributo o de la posesión de grados de intensidad entre rangos predefinidos
de una cualidad. La
unión (conjuntista) de las partes resultantes de la división lógica da el
todo. La intersección (conjuntista) de dos partes cualesquiera es vacía. Mediante
ambas operaciones el resultado es el mismo, radicando su diferencia en el
método: -
En la división lógica el resultado se logra partiendo del todo; la operación
sólo es posible en la medida que la connotación del todo está definida de
manera no ambigua; y, no es necesario conocer la extensión del universo. -
En la clasificación, en tanto, el resultado se logra partiendo de los
elementos singulares; la extensión debe ser conocida completamente; siendo
accesoria la definición connotativa (también denominada definición por
comprensión). De
lo expuesto es evidente la utilidad práctica de la clasificación cuando el
universo del discurso es acotado y de reducido tamaño, pues sus resultados
serán exactos, singularmente. En
el caso de la división lógica, en tanto, la definición connotativa del
universo puede resultar compleja, incluso para universos de extensión
reducida, más aún cuando la población no es homogénea. Sin embargo, por
difícil que sea formular la definición connotativa del universo de interés,
ello será, con fines prácticos, siempre posible (como sería el caso de un
censo referido a cualquier ámbito geográfico y a cualquier conjunto de
especies a ser empadronadas, situación en que las divisiones quedan
totalmente determinadas, connotativamente, independientemente de que el censo
referido se lleve a cabo o no, y de que se realice en forma más o menos
exacta y completa). Ahora
bien, en relación con el tema objeto de la exposición, nuestro interés se
centra en el universo de los conceptos, con sus elementos conceptuales y
modos de conocer. Y, atendiendo a la componente especulativa de tal ámbito,
(única, por lo demás, en lo que respecta al subuniverso de la nada y sus
interrelaciones), cualquier definición connotativa atingente sólo podrá serlo
por convención. Mas,
cualquiera que sea la convención, si es no-ambigua, definirá un universo,
aunque sea exclusivamente por negación, y sobre tal universo será posible practicar
di visiones con resultados diversos pero ante la seguridad de estar tratando
siempre con un universo definido y total. A
la inversa, si se rehuye el problema de encarar la definición del universo,
la única alternativa que resta es la de ir identificando y definiendo, de
alguna manera, componentes aislados o interrelacionados, para ir conformando
el todo sobre la base de reunir partes. Mas, si no se dispone de la
referencia del todo definido, cualquier resultado que se logre permitirá
disponer de un todo reunido pero sin llegar a saber nunca si tal todo
corresponde al todo universal, por no haber una definición de él. Es este
método el que aplica Kant para presentar la "Tabla de la división del
concepto de nada", lo que comprobaremos a través del análisis que se
presenta en el punto de Alcances a la tabla de la división del concepto de
nada y de las Conclusiones de este trabajo. Otro
aspecto que cabe considerar es que al abordar una división o una
clasificación lógicas de un universo, se comete frecuentemente el error de no
observar las condiciones que impone la realización de cualquiera de ambas
operaciones. [6] Específicamente, la fuente de errores más común es la de
establecer divisiones o clasificaciones sobre la base de ir modificando el
criterio elegido para abordar la operación, lo que deriva en inconsistencias
(consideraciones múltiples de elementos o la no-consideración de un
subconjunto del universo) difíciles de detectar y que usualmente perduran al
no estar difundido el manejo formal de estas operaciones. (Ej.: el estado
civil en las fichas de personas: soltero, casado, viudo, separado,
conviviente, casado en segundas o terceras nupcias; los sistemas del cuerpo
humano: sean cuales sean los sistemas identificados, cada uno sólo puede ser
tratado como totalidad sólo considerando entre sus componentes, elementos de
otros sistemas). Intentaremos interpretar el texto de Kant a este respecto. Esquema y convenciones Existiría
una nada correspondiente al Ser ilimitado e infinito, la nada absoluta, el
no-ser absoluto, y nadas de los entes, entre los que se cuentan los entes
empíricos. El
estudio de la forma en que conocemos científicamente, lo que sólo es posible
en relación a los entes empíricos, constituye el objeto de la estética y de
la analítica trascendental, capítulo, este último, en el que está incluido el
texto base de la exposición. Esto explicaría por que las cuatro formas de la
nada de Kant están referidas a negaciones y contradicciones en relación con
el conocimiento empírico, y representadas por violaciones de los principios
trascendentales de la razón. Así,
podría decirse que las cuatro clases de nada corresponden a una nada referida
al conocimiento empírico válido, distinta de una nada metaflsica, del no-ser
absoluto. De este modo, la nada absoluta, aquella correspondiente al Ser, es
un concepto metafísico y queda, por ello, excluida de tratamiento en la
Crítica de la Razón Pura por cuanto escapa a las posibilidades del conocer
científico. Los conceptos metafísicos no pueden ser tratados de manera
científica, mas, responden a una justa inquietud del psiquismo humano,
regulando la práctica y, aunque no constituyen respuestas científicas en sí,
plantean problemas que orientan el desarrollo del conocimiento. La
tabla de la división del concepto de nada, está presentada sobre la base de
las categorías, que son conceptos del entendimiento por medio de los cuales
el entendimiento elabora conceptos empíricos sobre la base de intuiciones
empíricas proporcionadas por la sensibilidad. Las intuiciones empíricas
corresponden a representaciones de objetos empíricos, y dados a través de
fenómenos. A
partir de los objetos, el entendimiento formula juicios y va creando y
desarrollando conceptos. Los juicios permiten modificar los conceptos y
éstos, modificados, permiten formular nuevos juicios. Los
razonamientos emplean juicios como premisas e incrementan, a través de sus
conclusiones, el número de los juicios. Objetos, conceptos, juicios y
razonamientos especulativos, pueden tener alguna componente de base empírica.
Si no la tienen, se denominan puros. Alcances
a la tabla de la división del concepto de nada. A
partir de la tabla de la división del concepto de nada podemos hacer los
siguientes alcances: Ens rationis, referido a concepto vacío sin
objeto, corresponde a las categorías de cantidad en relación con los objetos.
Así, ninguno es la negación de realidad objetiva en cuanto a cantidad, es
decir, no hay objeto real, ni fenómeno ni intuición, que hayan constituido la
fuente de un concepto. No
obstante, un concepto tal (sin base fenoménica, objetiva) puede llegar a
existir, de varias formas: -
Elaborado por nuestro entendimiento, violando los principios de la razón,
sobre la base de alterar el contenido de nuestras representaciones o de
formular juicios falsos en el acto de pensar. En este caso el concepto que
elabora el entendimiento será erróneo (salvo por casualidad). -
Otra forma, es aquella en que la razón saca conclusiones de la experiencia,
ya sea inductivamente, universalizando lo particular, o formulando hipótesis
sobre bases especulativas, por más razonables que pudieran ser los
fundamentos esgrimidos pero sin base empírica. Los conceptos así originados
son útiles en lo práctico pues permiten formular predicciones de fenómenos
posibles. Para los primeros no es posible afirmar su veracidad absoluta, la
que muchas veces es desmentida por fenómenos contrarios a lo previsto, y,
para los segundos, su posibilidad sólo es conjetura mientras no se pueda
asociar un fenómeno conocido (inteligido). -
Otra manera, que es la que Kant critica a la metafísica, es la de crear
conceptos metafísicos sobre bases problemáticas (noúmenos) y aplicarles las
categorías, de validez limitada a lo empírico, tras el intento de de forzar
un sustento real. Estos conceptos corresponderían a los denominados entes de
razón, de uso difundido en la escolástica. Nihil privativum, asociado a las categorías de
la cualidad, es definido por Kant como objeto vacío de un concepto y
correspondería a las nadas de los entes, no basadas en la contradicción sino
en la contrariedad, por lo tanto representables, por ejemplo, a través de la
carencia, de la privación o de la oposición real. Las categorías de la
cualidad conllevan el concepto de intensidad y su medida es el grado. -
La carencia puede ser interpretada [3] como algo de lo que el ente no posee
con carácter de permanente. Correspondería a la ejemplo de la sombra [5] en
relación a la ausencia de luz, ausencia que puede conllevar un grado de
intensidad. En este caso se asume una intensidad positiva, por convención,
como que el calor es presencia y el frío es ausencia de calor. -
La privación se entendería [3] como algo que el ente debiera poseer
naturalmente, pero de lo cual fue privado. Ejemplos serían los casos del
tuerto, que perdió uno de los ojos, o del miope que ha perdido parcialmente
la vista o del ciego que la perdió totalmente, dándose diversos grados de
pérdida respecto a la intensidad dada por la visión perfecta como máximo
absoluto. Un
ejemplo sería el caso de dos fuerzas de igual dirección pero de sentido
contrario, aplicadas a un cuerpo. Si su magnitud es igual, por ser de sentido
contrario se anulan, y con ello sus efectos; en tanto que si su magnitud es
diferente, la menor anulará una parte de la mayor, dando lugar a una fuerza
resultante disminuida en la magnitud de la menor, con la consiguiente
reducción de la intensidad del efecto en el movimiento del cuerpo. Ens imaginarium, se deriva de las categorías de
la relación, y corresponde a una clase de nada conceptual determinada por una
intuición vacía sin objeto. La intuición referida en la definición de clase
de Kant corresponde a una intuición pura, que recibe el nombre de intuición
por convención, siendo en sí la forma de las intuiciones empíricas. Mas, las
formas puras de la sensibilidad no son nada, en términos de conocimiento, no
pueden manifestarse, en tanto a través de la sensibilidad no nos son dadas
sensaciones, es decir en tanto no seamos afectados por fenómenos, la
apariencia de los objetos reales. Ante
la ausencia de objeto real que pudiera afectamos, no llegan a operar ni la
sensibilidad ni el entendimiento, no hay sensación, no se puede conformar la
intuición y no podemos pensar objeto alguno. Nihil negativum, asociado a objeto vacío sin
concepto, es la expresión de la nada lógica a través de conceptos
contradictorios que dan como resultado un absurdo [4]: una figura rectilínea
de dos lados, una noche soleada. Conclusión La
nada en la Crítica de la Razón Pura, está referida al conocimiento empírico
válido según los principios de la razón crítica, y determinada, en sus
distintas expresiones, por distintas formas de trasgresión de tales
principios. El
conocimiento empírico es críticamente válido sólo cuando está formulado en
términos positivos. Su formulación negativa da origen al nihil privativun. Las
intuiciones vacías sin concepto (ens imaginarium),
las intuiciones puras, pueden ser interpretadas como nada en cuanto son en
potencia, puesto que sólo por las sensaciones devienen en intuiciones en
acto. Toda
forma de conocimiento de base especulativa, es nada. Los conceptos sin base
objetiva empírica (ens rationis),
sólo pueden haber sido concebidos sobre la base de juicios y razonamientos
especulativos y, de tales conceptos, se crearían objetos de razón, en un
intento por dar sustento a conceptos hipotéticos (de posible validez
empírica) y nouménicos (de base problemática). Al no concordar con la
realidad objetiva, toda expresión de conocimiento empírico absurda o
incoherente, provocada por alteraciones de las facultades de nuestro
psiquismo, podría ser considerada como una subclase de ens rationis. Los
objetos vacíos sin concepto y los conceptos contradictorios (nihil negativum), no por ser
contradictorios dejan, por ello, de haber sido concebidos, lo que los haría
corresponder a una subclase de ens
rationis. Los
juicios y razonamientos lógicamente falsos, tanto empíricos como
especulativos, podrían ser considerados dentro de la clase nihil negativum. Los juicios y
razonamientos empíricos, existencialmente falsos pero lógicamente verdaderos,
en tanto, podrían ser asociados a la clase ens rationis. Las
categorías y principios del entendimiento, al ser puros y a priori, no son ni
empíricos ni especulativos, por lo que sólo les cabe ser considerados como ens imaginarium, junto a las
intuiciones puras. Las
cuatro clases de nada referidas por Kant en la Crítica de la Razón Pura,
corresponden a nadas ónticas, que "son" por negación de elementos o
de relaciones necesarias del conocimiento empírico científicamente válido
según los principios de la razón crítica. Una nada ontológica, metafísica, no
es tratada por Kant. Finalmente,
en relación a la nada metafísica, encontramos que, al no-ser absolutamente,
no puede ser bajo ninguna forma o modo, y ninguna sensación de ella nos puede
ser dada. Sin embargo, la nada metafísica se nos aparece como necesidad gnoseológica
y linguística [5]. Para representar a todas las formas y modos de negación y
contradicción, de elementos, relaciones y modos, tanto reales como
conceptuales, damos ser conceptual a algo que debiera significar, a la vez,
la contradicción en general y la negación en general, respondiendo a la
necesidad de contar con un concepto que debiera connotar, entre otras
significaciones posibles, la del concepto superior del cual derivan por
división las cuatro formas de la nada de Kant. Y, para satisfacer la
necesidad de poder referir a esa nada metafísica, damos respuesta creando
términos linguísticos. Así,
la nada metafísica: o es una subclase de nihil
negativum, por el hecho de significar, además de la contradicción en
general, la negación en general, lo que representaría la negación de la
contradicción y vive-versa, algo de lo que nada puede derivar, ni siquiera
las cuatro nadas de Kant; o, al significar la contradicción en general y la
negación en general, comprende, como concepto superior, a toda contradicción
y a toda negación. O sea, la nada metafísica no puede significar sólo una de
las dos formas de la disyunción, pues la otra significación faltaría para
acercarse al no-ser absoluto; y, no puede significar, desde una perspectiva
positiva, las dos a la vez, pues son contradictorias. Lo
que constituye otra "manifestación" cualquiera de lo que la nada
"es" en su no-ser. Bibliografía [1]
Crítica de la Razón Pura,
traducción y comentarios de Pedro Ribas, 8a edición, Editorial Alfaguara. [2]
Crítica de la Razón Pura,
traducción de Manuel García Morente y Manuel Fernández N Clñez, comentarios
de Francisco Larroyo, 9a edición, Editorial PonCla. [3]
Diccionario de Filosofía, Ferrater
Mora. [4]
Manuel Kant, Estudio sobre los
fundamentos de la filosofía crítica, Roberto Torretti, Editorial
Universitaria. [5]
Ser y Universo, Cristóbal
Holzapfel, Editorial Universitaria. [6]
Introducción a la Lógica y Método
Científico, Cohen & Nagel, Amorrortu Editores. |
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